Un dia dudando en una duda dudé

Odio dudar. Es una de las situaciones vitales que menos me gusta. No lo soporto, no soporto que la balanza cerebral parezca un péndulo, de izquierda a derecha, del hazlo al mejor no, del llámala al espera que te llame, del mejor que preguntes al espera que te lo cuente ella, del confiesa al no tiene importancia, del confía al desconfía.

Es que si hago A, pensará que B y por lo tanto C, pero es que si hago D, pensará que E y esto provocará que pase C también. Y si no hago nada, C es irremediable. Puto cabrón este C!

Combinar las dudas con el miedo es lo peor que me puede pasar; porque además tengo la extraña virtud de elegir siempre la peor de las opciones, pensando que será la menos mala. Si dudo entre cambiar o continuar igual, y voy dudando, dudando, dudando... acabo quedándome en tierra de nadie y llevándome ostias por los dos lados!

Hay que decidirse, el mundo es de los valientes! Tengo que mirar al fondo de mi ser y ver que quiero, e ir a por ello! No se puede controlar lo que piensan los otros, ni lo que hacen! No puedo controlar lo que yo siento, sólo soy dueño de mis acciones! Así pues, tomo las riendas y al toro por los cuernos como dicen por ahí...