8.6.06

tocar el cielo con la punta de los dedos

Tocar el cielo. Esto es lo que anhelamos todos. Es nuestro leif motiv, lo que nos hace andar.

Lo miro, siempre hacia arriba, inalcanzable, de un azul intenso y estremecedor. Cierro los ojos y lo veo. Me voy a dormir y lo veo. Me levanto y lo veo. Intento no pensar en él (estilo "no pienses en el oso blanco") y se me aparece por duplicado, como diciéndome " te pensabas que te librarías de mi?".

De la misma manera, cuando más me acerco, más miedo me da: me da miedo tocarlo y que se derrumbe, que desaparezca, que no sea realmente lo que busco. Me da miedo darlo todo y no conseguir lo que quiero, o conseguir lo que quiero pero que no sea lo que necesito. También me estremece pensar que lo que me gusta no sea lo que necesito, que sea malo para mí. Que mi cerebro me vuelva a tomar el pelo; más bien dicho, que se produzca el temido golpe de estado y el corazón tome el poder, como acaba haciendo siempre.

O que sea mi cerebro, que por una vez se imponga a mi corazón y consiga anularlo por unos pocos instantes, esos en los que se toman las decisiones importantes (las leves se meditan durante mucho tiempo, las importantes se decantan en milésimas de segundo). Si ocurre eso, cuando el corazón ocupe su lugar natural (el de mandatario absoluto), los hechos estarán consumados, no habrá vuelta atrás.

Por eso, es mejor no dejar que el cerebro haga su trabajo. Le doy vacaciones! Se las merece, lleva demasiado tiempo haciendo trabajo extra! Me guiaré por el corazón en búsqueda de ese cielo; sabiendo que me hará feliz, que hace unos días y por unos instantes pude verlo, tocarlo, oírlo, olerlo, probarlo para cerciorarme que existe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tocar el cielo no es mi "Leit motif"; te molesta?.

Así que no hables por toda la humanidad por que estarás equivocado.

Mi "leit motif" es la EXPLORACIÓN.


No pienses que lo digo por llevar la contraria, yo sólo te aconsejaría pensar que lo digo por que no sólo la vida se vive como tú imaginas que se debe vivír, es decír uno no debe ser nazi al afrontar a otras "culturas" o formas de ver la vida. No debería serse.