27.10.06

La culpabilidad

Que no cumpla tus expectativas no es culpa mia, es culpa tuya. Eres tú quien se las ha marcado, quien cree que yo puedo hacer esto o aquello, que debería hacerlo y que estoy capacitado para ello. Eres tú quien piensa que si fueras yo harías tal y tal cosa, que postearías mas a menudo, que conducirías mejor, que dormirías más, que te llamaría más a menudo, que te llenaría de besos a cada instante. Pero que no se cumplan tus expectativas es culpa tuya, porque yo hago lo que quiero y no lo que tu esperas y expectas.
No por tener las cualidades por ser el mejor jugador de parchís del mundo estoy obligado a darlo todo por serlo, no?
Creo que sólo debo hacerlo si me hace feliz.

24.10.06

Mi cabeza ha dado la vuelta

Viernes, 19.00h.
Empiezo el voluntariado. Llego puntual, me presentan a la educadora de la aula de internet y me dejan ahí. 8 chicas, musulmanas, navegando por internet, mirando videos, escuchando musica, chateando por el messenger... una está haciendo los deberes de mates, la ayudo como puedo rascando las raices cúbicas de mi memoria...
20.00h cambio de turno
Me sientan en medio de Ibrahim y Mustapha, recien llegados de Senegal y de Guinea. No hablan español (ni catalán), uno chapurrea inglés y el otro habla muy bien el francés.
Les cuento que es un e-mail, que es Internet, para que pueden utilizar el e-mail, como utilizar el messenger, que pueden venir a hacer al casal, a quien acudir si necesitan ayuda... Ibrahim ya lleva unas semanas en Cataluña, Mustapha acaba de llegar. No entienden casi nada, ni que es internet, ni que hacemos en el casal, ni porque les ayudamos... pero se muestran atentos, escuchan cualquier cosa que se les dicen y asienten aunque no entiendan nada.

11.10.06

Las burbujas

Las primeras que se me ocurren son las de jabón, aquellas que me fascinaban de pequeño, que aparecían en el aire cómo por arte de magia. Volaban, flotaban, bellas, preciosas, y luego sin ninguna explicación, desaparecían.
La burbuja inmobiliaria debe ser la más odiada del planeta. También apareció por arte de magia, se va hinchando año tras año pero la muy maldita no revienta. Habrá que esperar a que pete…
Las burbujas de aire debajo del mar siempre me han encantado. Me he pasado horas y horas (saliendo a respirar, claro) debajo del agua soplando para ver como las burbujas salían de mi boca disparadas hacia el cielo. Me gustaba pensar que eran palabras que se iban a la superficie para ser oídas.
Y luego está mi burbuja. Esa en la que encierro lo que yo quiero, lo que no quiero ver, en lo que no quiero pensar, de lo que no quiero hablar y lo que hago ver que no existe.
Lo malo de las burbujas es que no hacen desaparecer su contenido, sus muros son transparentes y tarde o temprano acaban explotando.