23.3.06

el mundo y yo

Hace poco he estado en Nueva York. Fascinante. En todos los aspectos.

Lo considero la culminación de la filosofía moderna de los estímulos. No se puede dar un paso sin que te asalten nuevas sensaciones (publicidad, edificios, coches, señales, gentes, olores, sabores, ruidos... todos exageradamente grandes).

Desde hace un tiempo me planteo porqué busco cada vez sensaciones mas fuertes, estímulos mas grandes en lugar de intentar digerir los que voy recibiendo. Me limito a sentir (utilizar los sentidos, el estómago) y no llego a analizar (utilizar la cabeza) lo que recibo. Vivo en un carpe diem al instante: si me apetece (porque me producirá placer) lo hago.

Este modus vivendi me gusta; es más, lo he buscado. Hace mucho analizaba demasiado. Pensar es malo. Por eso decidí no pensar las cosas demasiado antes de hacerlas. La Ignorancia hace la felicidad, un mundo feliz decía Huxley. Pero después de una época de bajada mental, toca una subida. Tocan cambios, tocan replanteamientos... en definitiva, toca echar la vista atrás, ver la senda que nunca vas a volver a pisar y sacar conclusiones. Es la segunda fase del modelo empírico: el análisis de los resultados, de las percepciones, de los estímulos.

Todo esto buscando la felicidad... quizás la única felicidad posible sea la búsqueda de la misma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sapito sapote

Anónimo dijo...

Alguien dijo una vez que la felicidad no es destino, sino camino...